PUES LLEGUE A LOS 30 EN EL ROCK AND ROLL (y algo mas) Y TENGO ALGO QUE DECIR....
Les quiero compartir un breve texto de agradecimiento y unas cosas sobre lo que es escribir en el rock and roll....y algo mas...
Había imaginado que, al escribir esto, estaría en una situación muy diferente, pero aquí estoy, después de tres décadas. Si bien no se fueron rápido, sí que han tenido su intensidad. Tres décadas es prácticamente toda una vida por sí misma: comenzar, crecer e inevitablemente, algún día, terminar con esto.
Crecí oyendo música, pero por alguna razón, me enganché más con el rock. Me gustaba la radio y la TV, y le tomé un especial cariño a la historia, los datos curiosos y la lucha libre. Fue en 1992, cuando leí la Banda Rockera , que pensé que un buen conducto hacia la radio sería el rock and roll, ya que escuchaba los programas que se hacían en aquel entonces en Estéreo Frontera (ahora Fusión 102.5 FM). Pasé dos veranos pensando qué hacer, y el siguiente me decidí a preparar un fanzine, un formato que había descubierto en ese tiempo, mientras asistía a eventos y lugares como El 5to. Poder. Así que, el 20 de octubre de 1994, lancé el primer número de El Kolibry Zine, con el apoyo de una buen amigo de la escuela... y me adentré en este mundo del rock and roll.
Esto me atrapó, no tenía muchas opciones, y fue lo que me enganchó de forma orgánica. Soy completamente autodidacta, por eso rechazo que me llamen periodista o comunicador, se me hace absurdo, considerando que hay muchas personas preparadas y profesionales en ese rubro. Yo más bien soy alguien que se atravesó en el camino y empezó a escribir. Lo más cercano que creo haber hecho a algún rubro es la crónica... es decir, escribo y hablo sobre rock. Las demás etiquetas sobran y me parecen innecesarias.
Gran parte de este texto lo dedicaré a los agradecimientos. Con quienes primero me encontré, aprendí y experimenté muchas cosas que me enseñaron a crecer. Uno de esos primeros pasos fue con los amigos de la revista Punto De Vista y su oficina en el centro, en la Mutualismo, donde ocurrieron muchas cosas. En esa movida conocí a personajes como Ejival, Rafa Saavedra, Octavio Hernández y otros que sí estaban en los medios. También gente de fanzines como los Swenga, El Ninyo... No quiero dejar a nadie fuera, pero, aun con el paso del tiempo, sigo agradecido con todos. También agradezco a quienes formaron parte del programa Tierra Nueva en Radio Tecnológico 88.7 FM, donde intenté dar mis primeros pasos en la radio, aunque con bastante brutalidad por parte del personal de la estación, pero que a distancia me hizo valorar cosas como las reglas de la locución y el cuidar el comunicar las cosas, la verdad sea dicha. Lo que aprendí de Rafa y Octavio no lo cambio por nada: conversaciones vespertinas y nocturnas, convivencias en conciertos, caminatas... Fue una buena escuela.
El Kolibry Zine y sus "suplementos" duraron más de dos años, y en ese tiempo se formó un circuito muy suave de fanzines. Aunque no todos teníamos las mismas temáticas, intercambiábamos información por correo. Entre ellos estaban Galaxia Rockera (Querétaro), Nihilista (La Paz), Virus (Mazatlán), Taladro (Cd. Victoria), y otros. Ahí aparecían mis textos, bastante rudimentarios, en esos medios. Con el tiempo, comencé un nuevo fanzine llamado Trac!Trac!Trac!, que al estar más formalizado, puedo decir que fue posiblemente el verdadero inicio de mi recorrido por la escena. Lo que vino después fue muy rico, y, aun a pesar de muchas cosas, lo valoro muchísimo.
Ya con Trac!Zine! circulando en su formato inusual, se sumó al equipo Claudia Ramírez, quien ha sido jefa de prensa de Bulldog Productions. Durante los siguientes tres años, fue parte fundamental para cambiar el formato del fanzine, presentando entrevistas y un contenido más elaborado. Para ese entonces, en el Semanario Bitácora, se integró como subdirector Christian Zúñiga, un académico muy respetado, quien me contactó para saber si estaba interesado en escribir en la publicación dirigida por Alma Delia Martinez, que en ese entonces condensaba el quehacer cultural de la frontera. Ahí estuve, con una columna semanal, por dos años.
Por diversas razones, comencé a involucrarme en escenarios más allá del rock and roll, lo que me llevó a ser tomado en cuenta como juez y nominado al Premio Cultura del Instituto Municipal de Arte y Cultura. En esta institución hice buenos amigos, y hubo apoyo mutuo en varios proyectos como eventos benéficos y tianguis culturales, sobre todo entre finales de los noventa e inicios del nuevo milenio. En este ciclo, Octavio Hernández me invitó a colaborar en la revista Retila, en Los Ángeles, lo cual fue para mí el cumplimiento de una meta.
Además, comencé a colaborar con el periódico cultural Tijuana Metro, lo que también me llevó a La Banda Elástica y Al Borde, en Los Ángeles, y a SubeBaja en Tijuana. Con esto, llegué rápidamente a donde quería llegar. Sentía que, aun bajo ciertas circunstancias, lo que viniera después sería ganancia. En 2002, dejé de hacer Trac!Zine! y entré a la academia Radio Media Tijuana de locución, ya que seguía firme en mi idea de hacer radio en internet. En ese punto, mi estancia en No Cover Magazine en San Diego fue crucial, ya que para entonces había logrado más de lo que creía que alguien como yo merecía hacer.
Fue en ese entonces que recibí la invitación de Erik Hidalgo y Robie Partida para participar en el primer Mil x El Rock Local, y después me quedé en el equipo de trabajo. Este fue el proyecto pionero en la ciudad en crear contenidos para múltiples formatos: internet, impresos, radio, además de organizar conciertos por todo el estado. Este proyecto sentó las bases para mucho de lo que vemos hoy en día. También, en ese entonces, hubo un pequeño auge de programas de TV dedicados a la escena alternativa, siendo RadioTracTV parte de Revolución En Movimiento, que logró transmitirse por el Canal 45.
Como parte de Radio Media, comencé el programa RadioTrac, que luego se transmitiría por Radiofuzion, RadioGlobal y Bulbo Broadcast, donde eventualmente se transformaría en JarCore Radio. En estos espacios tuve muchas entrevistas con talento local, además de seguir con blogs, pero no encontraba la identidad del proyecto. Era un tiempo de transición.
Ya para ese entonces, había sido jurado en diferentes concursos de guerras de bandas, escrito para Mil x El Rock Local en El Sol de Tijuana, y para la revista Generación. También había hecho algunas colaboraciones ocasionales para el programa Invasión Local y otras para Bulbo Broadcast. Hablando de este medio, en ese tiempo sonaba mucho que el podcasting estaba tomando fuerza. Un día, Omar Foglio, del equipo de Bulbo, me preguntó si no quería hacer uno de prueba con él. Así que grabamos algunas cosas del aniversario del programa de TV Tijuana Underground, sacando un pequeño piloto.
Para ese punto, ya me sentía muy abrumado del programa semanal en vivo, por lo que decidí hacer una despedida y ponerme a trabajar en mi propio podcast. Se podría decir, aunque no estoy del todo seguro, que soy uno de los primeros podcasters de la frontera. Pero de lo que sí hay una gran posibilidad es que soy uno de los primeros que se dedicó a la música y al formato de tiempo completo, llevándolo a cabo por ya casi 15 años. Durante ese tiempo, la estación de radio por internet colombiana Radio Vox me propuso una colaboración, la cual mantuve por buen rato.
También me involucré en el mundo del deporte, primero como conductor invitado en el programa En El Estadio por Estéreo Frontera. Por accidente, esto me llevó a ser reportero en la Olimpiada Nacional 2004 en Baja California. esto prácticamente lo describo un curso con gastos pagados en periodismo y redacción deportiva, periodismo de color, la situación política del deporte en México, el deporte juvenil e infantil y su estructura. Aprendí sobre la estructura gubernamental, conocí mejor Baja California, experimenté la calidez de Mexicali, la frialdad de Tijuana y el clima de Rosarito/Ensenada. Pasé por la presión más horrible, aprendí a comer en menos de cinco minutos, entre muchas otras cosas.
Regresé por un tiempo con un programa a través de Radio Tijuana Online. Nunca estuve en radio terrestre con un programa; siempre mis proyectos han sido por internet. A la larga, esto resultó ser una ventaja enorme, ya que pude estar en un formato con mayor libertad y control de tiempo, sin estar prisionero de restricciones o censura. Desde Radio Media, casi todo mi material ha sido en formato digital, lo que abrió toda una avenida que de otra manera no hubiera sido posible. Agradezco haber estado en esta era de interconexiones alrededor del mundo.
Con el tiempo y tars otras aventuras laborales que incluyeron el Palladium Hall,que fue otra escuela , cuando, sin querer, me quedé en el TJ Arte y Rock Café. Lo que empezó como un simple contacto de medios se volvió una estancia que, con sus dos pausas, duró una década. Ya había estado antes en la promoción de conciertos y eventos, algo que reconozco nunca fue mi fuerte, pero no significa que no haya aprendido sobre las "políticas de la escena" y muchas otras cosas. Todo esto me ha dado una visión que, muchas veces, es vista como menor, pero que yo veo como áreas de oportunidad para mejorar, para generar eventos realmente organizados. Aunque es un tema muy complejo, es algo que sigo analizando.
Quiero decir que los primeros anos en el TJ, me salvaron la vida y eso es por lo que me quede, por agradecimiento. En este tiempo se dueron varias colaborciones, experiencias no solo ahi, sino con otros proyectos, unos caminaron, otros se estancaron totalmente. Yo siempre me he visto al margen de la escena, pero en este tiempo hice algunas amistades, conexiones, momentos agradables, convivios que no olvidare, chistes, anecdotas.Mi tiempo ahi es muy significativo, no puedo decir que lo mejor, porque no es asi, ya que todo tiempo vivido deja experiencias y eso es lo mas importante, pero si es parte de la aventura, ya que aprendi muchas cosas, aplique otras y deje demasiado tiempo, ideas y esfuerzo.
Cuando salí por primera vez del TJ, me fui pensando en muchas cosas. Una de ellas era cómo se repetían los mismos patrones de errores o proyectos incompletos. Fue entonces que decidí comenzar el proyecto Presente: Tijuana Rock and Roll, con la idea de crear una especie de memoria histórica de las últimas tres décadas. Lo hice a través de material de archivo, entrevistas y cronologías. Siempre he dicho que no es un proyecto definitivo ni tan ambicioso, es solo un inicio. Una idea que surgió para poder desarrollar otras o motivar a que se generen más. Lo que sí es cierto es que, al enfocarse en los mismos personajes e historias de siempre, uno se da cuenta con el tiempo de que hay miles de historias ocultas que no han salido a la luz. Algunas son testimonios valiosos e inéditos o visiones periféricas de relatos ya contados, y sería muy enriquecedor conocerlas. Todavía queda mucho trabajo por hacer. Finalmente, hace poco pude cerrar el ciclo multimedia que escogí. Lo hice contra viento y marea, o más bien, contra mis propias inseguridades y las siempre presentes "políticas de la escena", que afectaron en parte el proyecto.
En medio de estos ciclos, lancé En Tijuana, una revista quincenal que, después de un descanso, evolucionó a En Tijuana Hay Rock Revista. Escribí en varios medios como La Guía Tijuana, Tijuaneo, el suplemento Identidad de El Mexicano, iDest Radio (CDMX) y SuperLuchas.com (CDMX). También seguí con los podcasts, logrando una colaboración muy valiosa con La Espiral Sonora de las Nuevas Voces Mexicanas, un proyecto independiente de CDMX con el que trabajé y compartimos información muy interesante. Es curioso, porque he participado en conferencias en espacios institucionales y en eventos fuera de la música, como en la Universidad Iberoamericana, el IMAC, la Universidad Pedagógica Nacional (Campus Tijuana), el CECUT, Estudios Culturales-COLEF y hasta el Web Summit.
Una de mis colaboraciones más prósperas ha sido con Culturas Populares Baja California, donde llevo casi una década estableciendo contacto y colaboración cuando sea necesario. Gracias a ellos, impartí un taller en un centro cultural comunitario del que sé que al menos un par de personas terminaron trabajando en medios. Además, creé el podcast dedicado al proyecto El Son Que Migra, una serie sobre el son mexicano, que me hizo estudiar y conocer mucho de la cultura musical mexicana y las músicas de raíz. Este proyecto me hizo respetar y amar aún más la música en todas sus formas. Si algo tengo, es que nunca desprecio ningún estilo o género; hasta en el que menos esperas, siempre hay algo que descubrir. Además, es ridículo estar en contra de algo que nos trae lo que parece cada vez más extinguido en estos tiempos: la felicidad. Agradezco al Mtro. Armando Estrada, al Mtro. Rodolfo Pinedo, al equipo de la institución, a los maestros, coordinadores y compañeros de ese periodo. También tuve la oportunidad de conducir eventos en la Sala De Espectáculos del CECUT en dos ocasiones, a teatro lleno y con gran emoción.
Hubo un punto en el que me pregunté: ¿y ahora qué? Estaban emergiendo nuevas redes, nuevas plataformas, y yo me cuestionaba cómo podía reinventarme. Así surgió Tijuana es Rock a través de Twitter y Facebook, donde compartíamos noticias sobre eventos y la movida en la ciudad. Eventualmente, evolucionó a En Tijuana Hay Rock. Durante este tiempo, pasé por situaciones personales que me hicieron pensar en dejar todo. Muchos lo cuestionaron, pero no mostraron empatía a mi situación. Tras un tiempo de reflexión, volví con más claridad mental, y el podcast regresó. Así, En Tijuana Hay Rock se transformó en una multiplataforma con alianzas como la realizada con La Espiral Sonora, tomando poco a poco la forma que tiene hoy.
En este ciclo, colaboré con la plataforma Más Conexión y me integré a HazTJ de tiempo completo. Fue otra etapa de aprendizaje y de aportar. Me propuse crear una plataforma que fuera más allá de la idea inicial, porque sabía que podía dar mucho más. Mi tiempo en Más Conexión fue lo mejor que me pudo haber pasado en su momento. Logros como haber colapsado el servidor por el tráfico el primer fin de semana me llenaron de orgullo. Logramos darles un lugar en la red a muchos personajes vitales de la escena que antes no lo tenían. Sin embargo, como muchos proyectos tijuanenses, se quedó ahí. Por eso es importante aprender sobre la economía de la cultura, para estructurar ideas que, además de generar "likes", puedan ser un negocio. Esto no está peleado con otros enfoques, ya que garantiza estabilidad, condiciones propicias y una proyección futura para ser un proyecto de referencia. Estoy agradecido y orgulloso de lo que logramos en medio de tormentas y mareas altas.
La pandemia fue otro periodo tormentoso que paralizó gran parte del mundo. De manera orgánica, el proyecto se abrió a un cambio importante: dejar de estancarlo en lo local y convertirlo en una plataforma modesta dentro del movimiento global de la industria musical y cultural. Se comenzaron a hacer más entrevistas y proyectos que abrieron puertas al talento de otras partes del mundo, con nuevas alianzas y contenidos en más plataformas.
También fue importante mi ciclo con Cuadrante Local y El Círculo Beatle. Con los primeros, un proyecto de Monterrey que rescata la memoria de la escena alternativa nacional, publiqué sobre lo que sucede en Tijuana: lanzamientos, eventos e historia. Con El Círculo Beatle tuve una increíble oportunidad de escribir sobre todo lo que quería, más allá del rock, logrando 11 meses de escritura que me llenaron mucho. Salí cuando sentí que ya no era necesario estar ahí, muy agradecido por el espacio.
En los últimos meses, he aprendido a hacer algo que no había intentado antes: contar historias de nuevas maneras, reinventarme por última vez.
Veo lo que está pasando en la escena, pero siento que se está perdiendo la oportunidad de establecer a esta ciudad con la misma fuerza que otras capitales de la música en México, a pesar de que hay elementos para lograrlo. Veremos a dónde nos lleva todo esto. Solo puedo decirles que la fórmula es más pensada y elaborada de lo que parece y de lo que creen.
Al final, sé que todo esto cae en oídos sordos y ojos cerrados, pero para mí es importante escribir estas líneas. No tengo mucho que celebrar en la vida, por eso hago esto . Una vez más, gracias por todo, y ya veremos a dónde nos lleva este asunto.
José Ángel Rincón Rodríguez