EL LARGO CAMINO: SONATA ARCTICA LLEGA A TIJUANA
El 17 de noviembre, finalmente Sonata Arctica se presentará en Tijuana, una década después de un frustrado intento. Detrás de esto hay una historia muy larga, llena de aprendizajes, lecciones y cambios, pero al final, lo que se verá en el escenario del Black Box en la fecha pactada será lo único que importe. Lo demás, ya no será relevante. Pero si habrá alguien que estará bien pendiente de que cada detalle salga perfecto, de que el evento tenga su esperado "sold out", y de que todo lo que la banda exija se cumpla, cerrando este capítulo con una noche inolvidable, es el promotor. En este caso, ese alguien es José Luis Sánchez de The Animal House Productions.
El promotor de conciertos es parte vital de la lista de elementos que rodean a la industria musical. Por lo regular, se piensa que es una persona sagaz, intrépida, emprendedora, fría, calculadora y con experiencia. Es alguien que debe estar al día en los cada vez más cambiantes aspectos de la economía cultural, las tendencias dentro de la propia industria musical, con conocimientos en gestión, marketing y ser visionario e innovador ante la competencia, además de saber negociar alianzas estratégicas más allá de la propia escena en la que se desenvuelve. Todo esto sin perder de vista el objetivo final: ofrecer espectáculos de calidad, entendiendo a su mercado con liderazgo y logrando resultados exitosos.
Sonata Arctica es una experimentada banda con casi tres décadas en la escena internacional, que tras su primera evolución, se distinguió por fusionar el power metal con tintes sinfónicos, creando una historia que los ha llevado a recorrer el mundo en constante gira. En algún momento, se negoció una fecha en Tijuana tras la exitosa presentación de ReVamp en el TJ Arte y Rock Café, siendo la fecha pactada, el 19 de marzo del 2015.
Pero también tiene que haber pasión y gusto por la música, y esto es lo que distingue a José Luis. En dos décadas con The Animal House Productions y TJ Arte y Rock Café, construyó más que otra cosa, una comunidad de amigos, aliados, y de personas que buscan pasar un buen rato escuchando buen rock. Sin embargo, este crecimiento trajo consigo responsabilidades que él, hasta cierto punto, no buscaba. La evolución del pequeño local del TJ Arte y Rock Café a una ubicación más amplia lo obligó a desempeñar una doble labor: ser promotor y al mismo tiempo gestionar un espacio de eventos. Aunque ya había realizado eventos en otros espacios, las similitudes en cuanto a los problemas, necesidades y trabajo no eran las mismas a un nivel más alto, algo que aprendería con el tiempo, como comenta en sus propias palabras:
"...Hace algún tiempo, para ser exacto en 2014, había cerrado un trato para traer a ReVamp, la banda original de Floor Jansen, la vocalista en aquel entonces del grupo Nightwish. Se concretó la negociación y realizamos el evento sin ningún contratiempo, marcando un parteaguas para mí y para TJ Arte & Rock Café. Casi a finales de ese año, decidimos continuar con ese nivel de grupos y ahora tocaba el turno de traer a Sonata Arctica. Iniciamos la negociación y comenzamos con la pauta de pagos: hicimos un apartado simple y debían cubrirse los siguientes pagos programados. Ya para entonces teníamos el evento en nuestra agenda y con venta de boletos, lo que nos ayudaría a ir cubriendo los siguientes pagos. Pero ahí fue donde pagué por mi falta de experiencia en la administración y planeación, cometiendo un grave error. Hice un movimiento financiero que no debí hacer y pagué caro las consecuencias, ya que la agenda del grupo estaba súper cerrada y las fechas en otras plazas eran muy demandadas. Por mi retraso en la gestión del siguiente pago, se anuló mi apartado parcial y perdí la fecha programada inicialmente. Tratamos de reprogramar, pero ya era imposible conseguir una nueva fecha...".
Como describió, ni la banda ni nadie que trabajaba directamente con ellos estuvo involucrado en esta situación. Fue un problema entre el booking en Latinoamérica y el promotor. Aquí se produjo un efecto dominó de diferentes situaciones, comenzando por el boletaje vendido, del cual no a todos se les cubrió lo pagado. Esto generó una sensación de desconfianza en algunos, quienes lo vieron como "lo mismo de siempre" o incluso con palabras más fuertes, aunque no escaló más allá, pues algunos casos, según se afirma, siguen pendientes.
"...Se me salió de control. Tuve que hacer un video y pedir disculpas explicando el error que había cometido, pero fue muy difícil que lo aceptaran. Aunque recibí mucho apoyo de personas que me habían respaldado durante años, la devolución del boletaje fue lenta y complicada. Esto se combinó con las malas decisiones administrativas del lugar, lo que fue un verdadero caos. Obviamente, el enojo explotó en las redes, creando un clima de distanciamiento entre el venue y sus seguidores. Lo superamos poco a poco, pero siendo sincero, nunca fue lo mismo. Les fallé, y eso me creó una herida emocional que aún sigue doliendo. Continué, y al año cerré un ciclo, incluso cambié de ubicación de la calle Sexta a la Avenida Revolución, auspiciado por You Revolution...".
Esto, sumado a la difícil situación en la que entró TJ Arte y Rock Café, lo llevó al exilio de la escena por casi una década. Él mismo menciona: "... no podía continuar. Dejé la escena local por un buen tiempo, pero me ayudó a reconstruirme, madurar, aprender de mis errores y educarme financieramente. Ahora tomo bastantes cursos relacionados con mis actividades, pero nunca dejé de amar el rock. Siempre tuve el deseo de volver. Hace algunos meses me reactivé, salí a ver qué había pasado con la escena local, y me dio gusto ver que aún estaba ahí. Muchos me recibieron con el mismo cariño de cuando me fui. Amigos me alentaron y propusieron mi regreso. Dije que lo pensaría, y algo dentro de mí volvió a encender esa chispa de participar nuevamente en el movimiento local...".
Ahora, ha preparado el camino rumbo a la fecha del 17 de noviembre en el Black Box, con una estrategia en la que busca recobrar espacio y confianza, colaborando con actores de la escena. Este esfuerzo es clave para generar tranquilidad entre quienes pagan por un evento, lo que crea -quiero imaginar- un mejor ecosistema en la escena musical y cultural de la ciudad. Sin embargo, también es el momento de trascender más allá, de salir de la dinámica de la escena local y buscar retos más importantes. Se trata de realmente crear una diferencia en la cultura de eventos locales, de crear una infraestructura profesional competitiva con los mercados del resto del país, para que Tijuana se convierta en un punto clave en el escenario nacional. Esto traería nuevas oportunidades, presencia y un cambio que ya es tiempo de lograr. Ya no estamos en 2014, es una década después, con nuevos retos tecnológicos y cambios en los factores de creación de contenidos y ejecución de eventos musicales en vivo, por lo que la expectativa es alta.
Además, no se puede descartar la genuina pasión por comenzar de nuevo con el pie derecho, de cerrar lo que José Luis llama "una herida emocional". Es evidente que el resultado será una gran lección que definirá lo que sigue: continuar con conciertos de este calibre y la renovación y reinvención del proyecto de TJ Arte y Rock Café. Solo queda esperar, desear la mejor suerte y que sea un éxito. Esta será una historia que los amantes del buen rock en la ciudad seran testigos.